Las expectativas económicas siguen en retroceso

La profundidad de la recesión que atraviesa la economía argentina quedó expuesta en una serie de indicadores públicos y privados que reflejaron el consumo de servicios públicos, la utilización de la capacidad de producir y el Índice General de Expectativas Económicas (IGEE), que reflejó una caída de dos puntos en octubre, principalmente por la situación actual de empleo y sin presentar señales de recuperación. El temor a la pérdida del empleo está en la cabeza de las preocupaciones de la sociedad y es la forma más perceptible del impacto de la crisis.
El Indec había estimado para septiembre una caída de 11,5% en la producción fabril respecto del mismo mes de 2017. Ahora informó el nivel de la utilización de la capacidad instalada en las plantas, que cayó 5 puntos interanual a 61,1% con varios sectores trabajando por abajo de la mitad de su capacidad como los textiles, la industria metalmecánica y la automotriz.
Básicamente, lo que refleja el UCII (Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria) es que el país podría incrementar 50% su producción sólo con los "fierros enterrados", es decir sin mayor inversión que la necesaria para el capital de trabajo: alistar las máquinas, adquirir los insumos y contratar al personal.
Es también una demostración de la visión monetarista de la inflación, según la cual la forma de combatirla es "secar de pesos" a la economía para provocar una recesión que fuerce a empresas a bajar los precios para mantener niveles de venta.
En estos niveles de utilización queda demostrado que seguir presionando con la recesión no es el camino para frenar el proceso inflacionario que tiene raíces mucho más profundas que la simple monetización del déficit fiscal, supuesto origen del exceso de dinero en la economía.
Para poner en marcha ese complejo industrial solo se necesita una vocación de la administración de Mauricio Macri. Recuperar el salario real de los trabajadores, habilitar líneas de crédito subsidiadas para capital de trabajo, serían los primeros pasos.
En agosto de 2018, el índice serie original del Indicador Sintético de Servicios Públicos (ISSP), también del Indec, registró una caída de 0,9% respecto al mismo mes del año anterior y de 0,5% contra julio pasado en términos desestacionalizados.
Dos sectores vinculados al consumo mostraron indicadores negativos: los vehículos pasantes pagos por peajes se contrajeron 7,5% y el uso de telefonía registró un descenso de 4,5%. En parte, fueron compensados por el crecimiento de 19,6% en la recolección de residuos.
El IGEE de Kantar TNS que mide la percepción de la población sobre la situación económica y laboral en el país indica que “en octubre vuelven a caer las expectativas económicas, afectadas esencialmente, por la percepción de la situación de empleo actual. El resto de los indicadores que conforman el índice se mantienen, en general, estables”, según explicó la directora comercial de la consultora, Julieta Dejean.
Luego agregó: “Lo que vemos en los últimos meses es que, si bien el IGEE no logra repuntar y se mantiene en lo que es su piso histórico, en torno a los 70 puntos, tampoco registra una tendencia negativa tan marcada como en la primera parte del año”.
En el informe surge que “en las últimas mediciones las variables que se deterioraron son las que hacen a la evaluación del presente".
Por ahora, en el conjunto de la sociedad hay una esperanza de que en algún momento el Gobierno logre cumplir alguna de las promesas de un futuro mejor. Pero por ahora, solo es esperanza y con los meses la expectativa de cumplirse se va desvaneciendo retroalimentando la desesperanza en el presente.