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Los tambos bonaerenses en “crisis” por la “suba impositiva y un mercado sin reglas”

Los tambos bonaerenses en “crisis” por la “suba impositiva y un mercado sin reglas”

Cada producto lácteo en góndola tiene 45% de impuestos. Solo en 2019 cerraron 1000 y creen que la tendencia seguirá.

Los tamberos se debaten entre pagar impuestos, producir, esperar una política lechera que los acompañe y cerrar las tranqueras. Los datos son contundentes: un producto lácteo argentino en góndola es 45 por ciento de impuestos.

Se produce lo mismo que hace veinte años, hay cientos de miles de vacas menos, en 2019 cerraron mil tambos, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina.

Andrea Passerini, coordinadora de la comisión de lechería en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), pintó un crudo panorama del sector: asegura que reclama que no hay autoridad lechera en Provincia ni en Nación, que el impuestazo provincial alcanza a la mayoría de los tambos bonaerenses, que no hay política lechera que permita aumentar la producción y las exportaciones, que el Estado nunca los defiende de la posición dominante que tiene la industria lechera y cree que, por todas esas cosas, van a cerrar aún más tambos en todo el país.

“Lo único que sabemos del gobierno actual sobre lo que piensa de la lechería es la barbaridad que dijo el presidente Alberto Fernández (el 2 de enero pasado), al asegurar que productor de leche no tiene nada de insumos en dólares. Esa fue la única señal que se dio en lechería, porque no tenemos autoridad a nivel nacional ni en Provincia de Buenos Aires. El último director provincial de lechería falleció pocos días antes de terminar la gestión anterior y la realidad es que no hay designado otro y lo que sí nos confirman off the record es que van a bajar de rango a la dirección provincial y la van a volver a convertir en una dirección simple (en el ministerio de Desarrollo Agrario que conduce Javier Rodríguez). Por la significación económica que tiene la lechería en la Provincia de Buenos Aires requiere de una política lechera clara, porque el rango sirve para tener una mayor dotación de profesionales idóneos y tener claro el rumbo a seguir. Para eso es mucho mejor tener una repartición más robusta, pero como no hay una política clara, da igual el rango. Primero tenés que diseñar la política y después tener las herramientas para llevarla a cabo, pero acá no pasa eso”.

Impuestos que ahogan

La productora tambera bonaerense se refirió a los problemas que enfrentan con la creciente carga impositiva que padecen: “Las retenciones afectan a toda la cadena láctea y el eslabón más vulnerable es el tambero. Tenés 9 por ciento de retenciones que es un impuesto a la producción, 9 por ciento en leche en polvo y 5 por ciento en quesos, para una macroeconomía dinamitada donde la carga impositiva es mucha y todos los sobrecostos de la cadena láctea y las mayores cargas impositivas y distorsiones terminan impactando en el precio de la leche cruda que cobra el tambero, porque como no existe un precio estándar, no se hace aplicar ninguna ley de las vigentes. Desde lo que dice la Constitución Nacional, el Código Civil y Comercial dice que nuestra transacción legalmente hablando es un suministro y eso determina un plazo de pago y una serie de cuestiones, pero no hay una sola de las regulaciones que protejan al tambero de la posición dominante de la industria y de la fijación unilateral de precio, que en definitiva es lo que existe, y esto se convierte en la ley de la jungla, porque el eslabón más poderoso se fagocita al más vulnerable, porque cualquier cosa que pase en la cadena termina impactando en el precio de la leche cruda que cobra el tambero”.

Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina en 2019 la producción se redujo 2,2 por ciento, la rentabilidad de la actividad tambera fue positiva pero baja (2,8 por ciento en el promedio nacional) y cerraron casi mil tambos.

A 50 días de su asunción de las administraciones comandadas por Alberto Fernández en Nación y Axel Kicillof en Provincia, que tienen a Luis Basterra a cargo del Ministerio de Agricultura nacional y a Javier Rodríguez en la repartición bonaerense, aún no han elegido quien estará a cargo de las direcciones de lechería o qué se va a hacer con esas reparticiones.

“Las exportaciones son una miseria, como han sido en los últimos años desde el derrumbe de los precios internacionales de mediados de 2015, y como la macroeconomía argentina vive de desastre en desastre, en 2019 las exportaciones en volumen cayeron 11 por ciento en relación a 2018. En definitiva, producimos poquísimo y exportamos poquísimo y sobra leche para el consumo interno, que es entre 8.500 y 8.700 millones de litros anuales. El 2019 cierra con poco más de 10.300 millones de litros. Pero si no se implementa una política agresiva de promoción de exportaciones lácteas, el achicamiento de la lechería argentina va a seguir su curso y está asegurado. Entonces vamos a un sistema de lechería de subsistencia de consumo interno, en el mejor de los casos, porque si mirás la película estamos produciendo lo mismo que hace 20 años con muchos menos tambos y menos vacas”, explicó.

Con respecto a la situación en Provincia, Passerini no dudó en sostener que “cuando se armó la ley fiscal que se aprobó en la Legislatura, la actual gestión provincial lo que hizo fue promover un impuesto inmobiliario en la que los tambos de hasta 100 hectáreas no pagan inmobiliario. Pero también está el inmobiliario complementario, un impuesto completamente ilegal que creó Daniel Scioli en 2013, más nefasto que el otro. Pero hay muy pocos tambos de hasta 100 hectáreas en la Provincia de Buenos Aires, los de 150 hectáreas pagan un 50 por ciento del inmobiliario y el resto es más grande. Me parece que esa es una arbitrariedad. Bienvenido todo lo que sea una desgravación, pero la incidencia en la lechería provincial es baja. La Provincia de Buenos Aires tiene una escala de tambo promedio mayor, es la más grande de todas las provincias lecheras del país, y como incentivo a que haya más cantidad de tambos y más producción ese esquema es insignificante. La señal de no tener autoridad lechera provincial es horrible, pero está en línea con lo que pasa en Nación, con lo cual no tenés con quién hablar, no tenés rumbo, no tenés precio. La industria más que nunca caza en el zoológico porque entre comillas ‘sobra leche’, entonces paga lo que quiere, como quiere y cuando quiere en términos generales, aunque hay excepciones, pero esa es la realidad porque técnicamente no hay mercado, ni precio de referencia, y no hay reglas comerciales que emparejen la cancha, que está naturalmente inclinada al resto de los eslabones de la cadena (intermediarios y comercio) y del Estado. El 45 por ciento de lo que tiene un producto lácteo argentino en góndola es impuestos”.

Producción

Para este año la OCLA proyecta un leve repunte productivo que llevaría el ordeñe total hasta los 10.575 millones de litros. Pero esta cifra no difiere demasiado de los 10.329 millones de litros que se produjeron en 1999.

Por eso, con respecto a la producción y lo que se puede esperar para este año, la productora bonaerense sostuvo que “producimos lo mismo que hace veinte años, tenemos cientos de miles de vacas menos, no se sabe realmente cuántas, algunos dicen 200 mil menos en los últimos 4 años. Solamente en 2019 desaparecieron mil tambos. Hay que ver qué tipo de tambos cerraron. Los más vulnerables son los más chicos y casi el 70 por ciento de los tambos de Argentina producen menos de 3 mil litros de leche por día, asi que quedan muchos tambos por desaparecer todavía. Esto no va a parar si no se hace nada diferente. Las perspectivas para este año son tratar de seguir subsistiendo tratando de diversificar los ingresos con carne, con agricultura o lo que fuere porque hoy (fines de enero) no sabemos qué precio nos van a pagar por la leche que entregamos a ciegas durante todo el mes, con lo cual no podés proyectar nada. Esto es estructural, no es de este gobierno. Como el estado de derecho está completamente resquebrajado, no hay justicia, y por eso hay abuso de posición dominante, fijación unilateral de precio, entregás a ciegas, no tenés precio de referencia, no tenés un marco jurídico básico para poder producir, y en la medida en que puedan salir del negocio, cada vez más tamberos lo van a hacer, aunque no sea por haberse fundido, porque también se te ‘funde’ la cabeza, te terminás hartando y vas a buscar algo más seguro, porque tenés un montón de capital enterrado, gente trabajando y no tenés ni idea de cuál va a ser tu rentabilidad en el corriente año, con lo cual tenés que estar loco para seguir en esto. Todavía somos varios los locos, pero cada vez somos menos”.